Curro Romero


23 de MAYO de 2000 - REVISTA DE ACTUALIDAD TAURINA - Nº 308

POR José Enrique Moreno
FOTOS: Mauricio Berho

Jerez de la Frontera Feria del Caballo

Jueves 18 de mayo
Si Paula se va, Curro se queda
PAULA NO SE RETIRA - LA PORTADA

Año 2020. Plaza de toros de Jerez. Un aficionado le pregunta a otro: "¿Te acuerdas de aquella tarde del rabo de Romero y de los avisos de Paula?". "Cómo no me voy a acordar -responderá el interlocutor-, ésa fue una de las tardes más inolvidables de mi vida. Cuántas cosas pasaron en un par de horas largas".

Y se pondrán a recordar y tendrán todavía fresca la memoria de esos lances de Paula a su primero, y la media del quite, y la faena de Curro, con sus trincherazos, sus kikirikíes..., y los ayudados de Paula, y esos muletazos suyos que surgían uno a uno, rebelándose el torero contra la incapacidad física del hombre, y la rabia con la que se arrancó la castañeta y la tiró, y el abrazo que le dio Alvarito Domecq, y el brindis de Finito a las dos viejas glorias, y el arte que se respiraba, la ilusión que había contagiado a la plaza en un día tan especial, tan histórico, tan distinto, tan único, tan glorioso...

Y seguro que se les pondrá el pelo de punta y se les saltarán las lágrimas, y sentirán otra vez, como aquella tarde del ya lejano año 2000, la emoción del toreo, de ese arte que, a veces, algunas tardes como la de ese 18 de mayo en Jerez, tanto tiene que vez con la inspiración y tan poco con lo premeditado o lo convencional.

La imparable sucesión de acontecimientos que protagonizaron Curro y Paula en Jerez convirtió esa corrida en uno de los hitos taurinos de final de siglo. Se recordará la tarde en que el "Faraón de Camas" cortó tres orejas y un rabo y a Paula le echaron los dos toros al corral. Esos sólo serán los datos más objetivos, porque todo lo demás pertenece al campo de la subjetividad y es lo que vale realmente, pues esto no va de datos, sino de sentimientos. De ahí que la narración de la corrida pueda resultarles fría -sería más aconsejable acaso recrearse en las sensaciones vividas- pero se antoja necesaria por la cantidad de cosas que allí pasaron.

 

Curro Romero hizo en Jerez la mejor faena de su última época, un trasteo de apenas veinte pases, una obra tan breve como intensa que, tras la efectiva estocada con que la remató motivó la concesión de un rabo. El trasteo tuvo momentos tan fulgurantes como los de alguna de las fotografías que acompañan la crónica.

Acontecimiento

Todo comenzó con un Curro Romero alterado. En su primero, parecía uno de esos niños que barruntan con su inquietud y alboroto que algo grande va a pasar. A Romero le picó en las manos el temperamento que tuvo el primer toro de Juan Pedro. Demasiado motor para un artista sesentón, era la lectura que hacíamos al verle tan inquieto, tan rápido, tan movido en ese toro. El animal pasaba por su lado cual tren AVE camino de Puertollano, cuando en realidad Romero pedía ritmo de tranvía de principio de siglo. No hubo acoplamiento aquí y sí sensación de toro desaprovechado. Cómo sería el animal, llamado "Serenata", que hasta Paula quiso hacerle un quite, apuntando ya las verónicas que luego llegarían plenas. Sólo ver a Paula colocarse y citar ya causó alborozo en el tendido. El gitano quería, y eso ya es mucho...

Quería, y quería de verdad. Pero ya se sabe que una cosa es querer, y otra poder. Paula quiso y pudo torear como los ángeles -como sabe- a la verónica al segundo de la tarde. "Cornetero", uno de los toros de Gabriel Rojas que completaron la corrida, iba y venía con holgura, y Rafael -"vámonos, que nos vamos"- hizo el lance a compás, con ritmo, con cadencia, con empaque, con arte gitano. Y la media, ¡qué media! ¿Y la del quite? Enorme, pero lo que hubo fue un lance eterno por el pitón izquierdo: "media hora de reló", como dijo uno del tendido. Otro dijo que ya estaba pagada la entrada y que ya podíamos irnos tranquilamente de la plaza.

Pero la paciencia es virtud del buen aficionado. Si alguien se fue, se evitó el trago de ver a Paula pasar fatigas con el "pincho" en la mano, pero se perdió lo de Romero. Del calvario del gitano a la gloria del camero. Tres avisos para Paula, tres avisos que contaron como dato estadístico y sólo para aquellos que no conocen al jerezano y no saben de su limitación física. Los demás los oímos con tristeza por apreciar que Paula no podía ni llegar con el estoque al morrillo del toro, flanqueado por los hombres de su cuadrilla en estampa añeja, pero en el fondo nos daba igual porque latían en nuestro corazón esas verónicas geniales, esa media, ese arte tan grande...

 

Tarde agridulce la de Rafael de Paula, pues si bien escuchó los tres avisos en sus dos toros, también es cierto que toreó de manera inolvidable con el capote. A pesar de todo, de su edad y de sus limitaciones físicas, sigue siendo digna de admirar la capacidad del gitano para sublimar el toreo de capa y, a veces, el de muleta.

Motivado

A Romero también le dieron igual los tres avisos de Paula, pero no tanto el toreo eterno que hizo con el capote el diestro jerezano. No se sabe bien si fue por esta razón, o por haberse sentido herido en su amor propio al estar por debajo de su primer toro, por lo que Romero reaccionó de la forma en que lo hizo en el quinto. Puede que no fuera por nada de eso, sino simplemente porque "Jumbrío", de Juan Pedro, era el toro, su toro, el toro que espera Curro y esperan los curristas. Tan claro estaba esto que el Faraón no dejó que nadie tocara a "Jumbrío", y se salió con él hasta los medios aprovechando sus viajes para componer la figura y no apretarse demasiado en los lances. La media sí tuvo ajuste y prestancia, pero más sorprendente fue la revolera, suerte poco o nada practicada por este torero.

La plaza se le entregó, pero lo bueno de verdad llegó con la muleta (en cuestión de capotes ganó Paula). Fue una faena con su empaque, su gracia y su temple habituales en las tardes buenas, pero con ligazón de las suertes, propiciada por la bravura de un toro que repetía y se comía el engaño, aunque siempre embistiendo con suma clase. Fueron veinte pases, una obra tan breve como intensa que provocó, tras la efectiva estocada, la unánime petición del rabo. En Jerez era claramente de rabo, pero lo grande es que dudo qué hubiera pasado en Sevilla ante una situación de catarsis similar... Lo seguro y realmente importante es que Curro cuajó una de las grandes faenas del último tramo de su vida, mejor incluso que la que le hizo a otro toro de Juan Pedro en Sevilla el año pasado.

Paula puede estar mermado en fuerza física, pero tiene su corazón y su raza de torero. Por eso quiso responder al despliegue romerista en el quinto. Tuvo toro, tuvo ganas, pero esta vez no le acompañaron las fuerzas. El bravinoble toro de Juan Pedro iba y venía y Rafael quería, pero a veces le salía y otras, no. Preciosos ayudados por alto en el inicio de la faena y luego un muletazo aquí y otro allá, con su empaque, con su duende, pero en un quiero y no puedo, lo que rodeaba de un mayor misterio y patetismo la obra. Verse así, y sobre todo ver cómo le echaban otro toro al corral, desesperó a Paula, que se arrancó con gesto enérgico la castañeta en lo que pensamos que era una señal de despedida. La plaza reaccionó y ovacionó largamente al torero. Algunos lloraron y todos sentimos la profunda tristeza de un posible adiós.

Finito, sensibilizado, les brindó a él y a Romero la muerte del sexto. Quizá en agradecimiento por las sensaciones y emociones vividas, quizá en reconocimiento de lo distinto, lo único, lo mágico en el toreo. Finito tuvo una actuación destacada en sus dos toros, demostrando su buen momento y dejando claro que él también tiene el don de la calidad. Pero lo suyo fue otra historia.

Un grupo de gitanos esperaban tristes junto a la Puerta Grande: "Oye, payo, ¿e verdá qu'el Paula se vá?". No fui capaz de responder.

PAULA NO SE RETIRA

El pasado jueves, en la segunda corrida de la Feria del Caballo de Jerez de la Frontera, Rafael de Paula se arrancó la coleta en un arrebato de rabia, tras escuchar los tres avisos en sus dos oponentes. Al día siguiente, el artista gitano desmintió rotundamente que se tratara de un gesto en señal de retirada.

http://www.6toros6.com/

 

 

 

 

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